Los taínos eran politeístas, pero tenían un dios principal al que llamaban Yucahu Guama o Yucahu Bagua Maorocoti (lo que conocemos hoy como Yukiyú). Este era un ser de la yuca-mar, sin antecesor masculino.
Yukiyú era la máxima deidad, un dios bueno que ayudaba a los taínos. Y era representado por figuras de forma trigonolita a las que llamaban cemíes. Había otro dios que representaba las fuerzas del mal y traía destrucción. A éste se le llamaba Juracán.